Mayo 20 de 2022
LA HERENCIA
Josué 16:1-4
Tocó
en suerte a los hijos de José desde el Jordán de Jericó hasta las aguas de
Jericó hacia el oriente, hacia el desierto que sube de Jericó por las montañas
de Bet-el. 2 Y
de Bet-el sale a Luz, y pasa a lo largo del territorio de los arquitas hasta
Atarot, 3 y
baja hacia el occidente al territorio de los jafletitas, hasta el límite de
Bet-horón la de abajo, y hasta Gezer; y sale al mar.
4 Recibieron, pues, su heredad los hijos de
José, Manasés y Efraín.
Josué 16:1-4
La
porción de tierra asignada a los descendientes de José se extendía desde el río
Jordán, cerca de Jericó, en el oriente de los manantiales de Jericó, atravesaba
el desierto y seguía por la zona montañosa de Betel. 2 De Betel
(también llamada Luz) iba hacia Atarot, en el territorio de los arquitas. 3 Descendía hacia
el occidente, al territorio de los jafletitas, hasta Bet-horón de abajo, luego
a Gezer y llegaba al mar Mediterráneo.
4 Esa fue la tierra asignada a las
familias de Manasés y de Efraín, los hijos de José, para que fuera su hogar.
Estimado
lector:
Estos versículos,
muestran los límites de los hijos de Josué: Efraín y Maneses, los cuales fueron
contados como tribus.
La conquista
por estos territorios, resultó ser una labor difícil y ardua, implicando
combates y peleas. Porque, aunque Josué había vencido a los reyes que ocupaban
aquellas tierras, se encontraron con que algunos cananeos que habían vuelto no
estaban dispuestos a marcharse; y por eso, tuvieron que luchar, para tomar
plena posesión de su herencia.
Aplicación
personal:
Esto nos
lleva a reflexionar sobre la salvación. Es muy importante reconocer lo que
Cristo ha hecho para introducirnos en nuestra herencia; pero también, debemos
ser conscientes de lo que todavía tenemos que pelear, para disfrutarla
plenamente.
El Apóstol
Pablo, en Filipenses 3:12-14, declara todo lo que tuvo que rechazar y los
esfuerzos que tuvo que hacer para guardar la ley De Dios y descansar plenamente
en Cristo. Aunque había sido justificado, tenía que seguir luchando.
Nuestro
Señor Jesucristo, ha hecho todo para llevarnos a nuestra herencia celestial. Y
nosotros tenemos que librar batallas personales, procesos, entregas y desafíos,
para poder entrar a disfrutarla.
La buena
noticia es que, no estamos solos. El Señor está de nuestro lado, como poderoso
gigante.
Invite en oración a la presencia de Dios y pídale que su verdad le sean reveladas.
¿Señor qué me quieres decir hoy?
Permita que el Espíritu Santo le revele
Dios podría estar hablándole de Él
Dios podrá estar hablándole a usted. Reflexione en lo siguiente:
Ahora que ha permitido que Dios le hablara, hable con Él en oración.
Ahora que ha permitido que Dios le hablara, hable con Él en oración.
Juan 14:15 “Si me amáis, guardad mis mandamientos”
Santiago 1:22 “Mas sed hacedores de la palabra, y no tan solamente oidores, engañándoos á vosotros mismos”