Mayo 13 de 2022
Movernos
conforme a las promesas de Dios.
Josué
14:6-12
6 Y los hijos de Judá vinieron a Josué en
Gilgal; y Caleb, hijo de Jefone cenezeo, le dijo: Tú sabes lo que Jehová dijo a
Moisés, varón de Dios, en Cades-barnea, tocante a mí y a ti. 7 Yo era de edad de cuarenta años cuando Moisés siervo de
Jehová me envió de Cades-barnea a reconocer la tierra; y yo le traje noticias
como lo sentía en mi corazón. 8 Y mis
hermanos, los que habían subido conmigo, hicieron desfallecer el corazón del
pueblo; pero yo cumplí siguiendo a Jehová mi Dios. 9 Entonces Moisés juró diciendo: Ciertamente la tierra que
holló tu pie será para ti, y para tus hijos en herencia perpetua, por cuanto
cumpliste siguiendo a Jehová mi Dios. 10 Ahora
bien, Jehová me ha hecho vivir, como él dijo, estos cuarenta y cinco años,
desde el tiempo que Jehová habló estas palabras a Moisés, cuando Israel andaba
por el desierto; y ahora, he aquí, hoy soy de edad de ochenta y cinco años. 11 Todavía estoy tan fuerte como el día que Moisés me envió;
cual era mi fuerza entonces, tal es ahora mi fuerza para la guerra, y para
salir y para entrar. 12 Dame, pues, ahora
este monte, del cual habló Jehová aquel día; porque tú oíste en aquel día que
los anaceos están allí, y que hay ciudades grandes y fortificadas. Quizá Jehová
estará conmigo, y los echaré, como Jehová ha dicho.
Josué
14:6-12
6 Una delegación de la tribu de Judá,
dirigida por Caleb, hijo de Jefone, el cenezeo, se presentó ante Josué, quien
estaba en Gilgal. Caleb le dijo a Josué: «Recuerda lo que el Señor le
dijo a Moisés, hombre de Dios, acerca de ti y de mí cuando estábamos en
Cades-barnea. 7 Yo tenía cuarenta años cuando Moisés, siervo
del Señor,
me envió desde Cades-barnea a que explorara la tierra de Canaán. Regresé y di
un informe objetivo de lo que vi, 8 pero los hermanos que me
acompañaron asustaron tanto al pueblo que nadie quería entrar en la Tierra
Prometida. Por mi parte, seguí al Señor mi
Dios con todo mi corazón. 9 Así que, ese día, Moisés me prometió
solemnemente: “La tierra de Canaán, por donde recién caminaste, será tu porción
de tierra y la de tus descendientes para siempre, porque seguiste al Señor mi
Dios con todo tu corazón”.
10 »Ahora, como puedes ver, en todos estos
cuarenta y cinco años desde que Moisés hizo esa promesa, el Señor me
ha mantenido con vida y buena salud tal como lo prometió, incluso mientras
Israel andaba vagando por el desierto. Ahora tengo ochenta y cinco años. 11 Estoy
tan fuerte hoy como cuando Moisés me envió a esa travesía y aún puedo andar y
pelear tan bien como lo hacía entonces. 12 Así que dame la zona
montañosa que el Señor me
prometió. Tú recordarás que, mientras explorábamos, encontramos allí a los
descendientes de Anac, que vivían en grandes ciudades amuralladas. Pero si
el Señor está conmigo,
yo los expulsaré de la tierra, tal como el Señor dijo».
Estimado
lector
El
amigo y compañero de Josué, Caleb, le recordó la promesa que Dios le había
hecho a través de Moisés. Una promesa que había sido realizada 45 años antes.
Ya
había pasado muchísimo tiempo y quizás a la mente de Josué, quien se encontraba
repartiendo la tierra, se le pudo olvidar la promesa hecha a su amigo Caleb,
pero a Dios no.
Cuando
Caleb le recordó a Josué esta promesa, este accedió a entregarle esa tierra.
Pero esta no estaba desocupada aún, le correspondía al anciano de 85 años
luchar por ella. Pero Caleb no se preocupó, al contrario, confiando en la
promesa de que Dios se la entregaría, avanzó hasta conquistarla en su
totalidad.
Dios
no se olvida de cada una de las promesas que nos ha dado, pero se hace
necesario que nosotros avancemos conforme a ellas, no importa nuestra condición,
el ánimo, el cansancio, la edad, el tamaño o lo compleja que sea la dificultad,
Dios lo hará.
No
es en nuestras fuerzas, cuando se trata de cumplir su promesa, Dios moverá
hasta los mismos cimientos de la tierra para cumplir su palabra.
Invite en oración a la presencia de Dios y pídale que su verdad le sean reveladas.
¿Señor qué me quieres decir hoy?
Permita que el Espíritu Santo le revele
Dios podría estar hablándole de Él
Dios podrá estar hablándole a usted. Reflexione en lo siguiente:
Ahora que ha permitido que Dios le hablara, hable con Él en oración.
Ahora que ha permitido que Dios le hablara, hable con Él en oración.
Juan 14:15 “Si me amáis, guardad mis mandamientos”
Santiago 1:22 “Mas sed hacedores de la palabra, y no tan solamente oidores, engañándoos á vosotros mismos”