ACUDAMOS AL DIOS DE NUESTRA SALVACIÓN

Julio 30 de 2024

La iglesia no cierra. Ahora más unidos, más cerca.

ACUDAMOS AL DIOS DE NUESTRA SALVACIÓN


SALMOS 79:8-10

8 ¡No nos hagas responsables por los pecados de nuestros antepasados!

    Que tu compasión satisfaga pronto nuestras necesidades,

    porque estamos al borde de la desesperación.

9 ¡Ayúdanos, oh Dios de nuestra salvación!

    Ayúdanos por la gloria de tu nombre;

sálvanos y perdona nuestros pecados

    por la honra de tu nombre.

10 ¿Por qué se les permite a las naciones paganas burlarse

    y preguntar: «Dónde está su Dios»?

Muéstranos tu venganza contra las naciones,

    porque han derramado la sangre de tus siervos.


https://youtu.be/NbZAKzSOuQk?si=hD9hKX-hreQ2mpsj



Estimado lector:

El pueblo de Judá estaba sufriendo la destrucción total de su civilización en todas sus áreas: política, económica, social y religiosa, a manos de los babilonios. Sin embargo, el salmista reconocía que esta devastación vino como consecuencia del pecado del pueblo. Hablando en nombre de los sobrevivientes exiliados, Asaf se humilla ante Dios y admite su pecado. A esas alturas, ya no podían negar su culpabilidad; en cambio, podían suplicar perdón y que la misericordia de Dios llegara pronto.


Asaf apela sabiamente a la gloria de Dios en su oración por ayuda (v. 9). Aunque la gloria de Judá y Jerusalén esté hecha trizas, Dios puede actuar a favor de Su pueblo para manifestar Su propia gloria. Asaf también expresa otra confesión adecuada y maravillosa acerca del pecado y la necesidad de depender de Dios para obtener perdón. Él comprende que cualquier intento humano de expiación sería inútil; es Dios quien debe proporcionar el perdón por nuestros pecados.


El pecado puede devastar todas las áreas de la vida del creyente y conlleva una sentencia de muerte espiritual. Por eso, el cristiano no debe olvidar que está expuesto a ser esclavizado por sus pecados. Debe vivir en constante arrepentimiento y orar fervientemente en todo momento, acudiendo al Dios de salvación, quien atenderá su oración, extendiendo Su gracia y misericordia.






4 pasos que te ayudarán a tener un tiempo con Dios.


Invite en oración a la presencia de Dios y pídale que su verdad le sean reveladas.

  1. Lea despacio
  2. Lea en voz alta
  3. Mientras esté leyendo pregúntele a Dios:

¿Señor qué me quieres decir hoy?
Permita que el Espíritu Santo le revele


Dios podría estar hablándole de Él

  1. ¿Quién es Él?
  2. ¿Cuáles son sus características?
  3. ¿Qué hará?

Dios podrá estar hablándole a usted. Reflexione en lo siguiente:

  • P ¿Será un PECADO que debo confesar?
  • A ¿Será una ACTITUD que debo adoptar?
  • M ¿Será un MANDAMIENTO que debo obedecer?
  • P ¿Será una PROMESA que debo reclamar?
  • E ¿Será un EJEMPLO que debo seguir o evitar?

Ahora que ha permitido que Dios le hablara, hable con Él en oración.

  1. Pida PERDÓN: Confiese su pecado, arrepiéntase y reciba el perdón de Dios
  2. De GRACIAS: Agradezca a Dios por sus muchas bendiciones y promesas
  3. Por FAVOR: Ore por sus necesidades y las de otros; salvación, sanidad, protección
  4. Finalice diciendo TE AMO. Termine este tiempo en adoración y alabanza

Ahora que ha permitido que Dios le hablara, hable con Él en oración.

  1. ¿Qué le habló Dios?
  2. ¿Cómo esto cambiará sus perspectivas?
  3. ¿Cómo aplicará esto en su vida diaria?

Juan 14:15 “Si me amáis, guardad mis mandamientos”

Santiago 1:22 “Mas sed hacedores de la palabra, y no tan solamente oidores, engañándoos á vosotros mismos”

DEVOCIONALES