ADVERTENCIA SOBRE LA HIPOCRESÍA

MATEO 23:5-10

⁵ »Todo lo que hacen es para aparentar. En los brazos se ponen anchas cajas de oración con versículos de la Escritura, y usan túnicas con borlas muy largas.

⁶ Y les encanta sentarse a la mesa principal en los banquetes y ocupar los asientos de honor en las sinagogas. 

⁷ Les encanta recibir saludos respetuosos cuando caminan por las plazas y que los llamen “Rabí”.

⁸ »Pero ustedes, no permitan que nadie los llame “Rabí”, porque tienen un solo maestro y todos ustedes son hermanos por igual. 

⁹ Además, aquí en la tierra, no se dirijan a nadie llamándolo “Padre”, porque solo Dios, que está en el cielo, es su Padre. 

¹⁰ Y no permitan que nadie los llame “Maestro”, porque ustedes tienen un solo maestro, el Mesías.

https://youtu.be/kixibYdS9hY?si=eAp7f62GbeNNfbWH

Estimado Lector:

En este pasaje, Jesús expone y corrige la motivación con la que los escribas y fariseos realizaban sus obras. Su intención principal no era honrar a Dios, sino recibir reconocimiento y admiración pública. Actuaban bajo un espíritu de religiosidad superficial, similar al que Jesús denunció en el Sermón del Monte (Mateo 6:1-6). Su obediencia aparentaba devoción, pero estaba acompañada de ostentación y exageración para proyectar una imagen de santidad extraordinaria.

Prácticas como el uso de filacterias y flecos en sus vestiduras tenían, en su origen, un propósito legítimo dentro del pacto con Dios. Sin embargo, la motivación se había distorsionado. En lugar de reflejar obediencia auténtica, estas acciones se convirtieron en herramientas para alimentar el orgullo. La enseñanza central revela que un corazón lleno de ego no puede ser lleno por Dios.

Jesús también instruyó a sus seguidores a evitar otorgar honores espirituales desmedidos a líderes humanos. Reconocer autoridad natural y social es correcto, pero ninguna figura humana debe ocupar el lugar que solo pertenece a Dios. En la comunidad del Reino, todos son hermanos bajo un único Maestro.

Este pasaje señala dos virtudes esenciales para todo seguidor de Cristo: humildad genuina y servicio obediente. La verdadera medida de la fe no se encuentra en lo visible, sino en la intención del corazón cuando nadie observa.


¿Las acciones se originan en un corazón humilde que busca honrar a Dios, o en un deseo de reconocimiento y aprobación humana?