Julio 30 de 2025
EL TRIUNFO GLORIOSO DE CRISTO.
MATEO 8:30-32
30 Sucedió que a cierta
distancia había una gran manada de cerdos alimentándose. 31 Entonces
los demonios suplicaron:
—Si nos echas afuera, envíanos a esa manada de cerdos.
32 —Muy bien, ¡vayan!—les
ordenó Jesús.
Entonces los demonios salieron de los hombres y
entraron en los cerdos, y toda la manada se lanzó al lago por el precipicio y
se ahogó en el agua.
https://youtu.be/Dj8gGf7-FVI?si=yYp2Wc2jdNsVcnzD
Estimado lector:
Un hecho relevante en este pasaje es la
súplica de los demonios a Jesús, solicitando ser enviados a una manada de
cerdos. Esta petición refleja una característica propia de los espíritus
malignos: una inclinación constante hacia la destrucción y el rechazo a la
inactividad.
El hecho de que, al entrar en los cerdos, los
demonios los llevaran inmediatamente a su destrucción, permite comprender una
de las razones por las que Jesús permitió tal acción. A través de este suceso,
se revela de forma visible cuál era la verdadera intención de los demonios:
destruir. Así como aniquilaron a los cerdos, deseaban hacer lo mismo con los
hombres. Además, al permitir que los demonios entraran en los animales, quedó
demostrado de manera concluyente que habían sido efectivamente expulsados de los
poseídos.
Este acto, además, representa un anticipo del
triunfo definitivo y glorioso de Cristo sobre Satanás y sus huestes, victoria
que se manifestará plenamente en el día del juicio final. El poder de Dios se
presenta como superior a cualquier acción maligna proveniente del reino de las
tinieblas.
Como afirmó Tertuliano: “Y si una legión de
demonios no tuvo poder sobre un hato de cerdos, mucho menos lo tendrán sobre el
rebaño de ovejas de Cristo.”
Invite en oración a la presencia de Dios y pídale que su verdad le sean reveladas.
¿Señor qué me quieres decir hoy?
Permita que el Espíritu Santo le revele
Dios podría estar hablándole de Él
Dios podrá estar hablándole a usted. Reflexione en lo siguiente:
Ahora que ha permitido que Dios le hablara, hable con Él en oración.
Ahora que ha permitido que Dios le hablara, hable con Él en oración.
Juan 14:15 “Si me amáis, guardad mis mandamientos”
Santiago 1:22 “Mas sed hacedores de la palabra, y no tan solamente oidores, engañándoos á vosotros mismos”