LA CLAVE ES LA ORACIÓN.

Julio 11 de 2024

La iglesia no cierra. Ahora más unidos, más cerca.

LA CLAVE ES LA ORACIÓN.


SALMOS 77:1-9

Clamo a Dios: sí, a gritos.

    ¡Oh, si Dios me escuchara!

2 Cuando estaba en graves dificultades,

    busqué al Señor.

Toda la noche oré con las manos levantadas hacia el cielo,

    pero mi alma no encontró consuelo.

3 Pienso en Dios y gimo,

    abrumado de tanto anhelar su ayuda. Interludio

4 No me dejas dormir;

    ¡estoy tan afligido que ni siquiera puedo orar!

5 Pienso en los viejos tiempos,

    que acabaron hace tanto,

6 cuando mis noches estaban llenas de alegres canciones.

    Ahora busco en mi alma y considero la diferencia.

7 ¿Me habrá rechazado para siempre el Señor?

    ¿Nunca más volverá a ser bondadoso conmigo?

8 ¿Se ha ido para siempre su amor inagotable?

    ¿Han dejado de cumplirse sus promesas para siempre?

9 ¿Se ha olvidado Dios de ser bondadoso?

    ¿Habrá cerrado de un portazo la entrada a su compasión?


https://youtu.be/NVPGI0wHEpA?si=ANQ3_5RP-Ls97dIL


Estimado Lector:
Este salmo comienza con un pensamiento común en los salmos, con el salmista describiendo su clamor a Dios. Los días de angustia deben ser días de oración, especialmente cuando Dios parece haberse apartado del creyente. Es entonces cuando más deben buscarlo de manera persistente hasta encontrarlo.

En el día de su congoja, el salmista no buscó las distracciones que ofrece el mundo para librarse de su aflicción, sino que buscó a Dios, su favor y su gracia.

Cuando el creyente clama a Dios y siente que es escuchado, recibe la pacífica seguridad de la fe. Sin embargo, este no siempre es el caso. En ocasiones, la dificultad permanece y el creyente tiene la sensación de que Dios ha escuchado su oración, pero el problema aún persiste, lo que le trae más frustración.

Un ejemplo de esto es lo que sintió Pablo con respecto a su aguijón en la carne, descrito en 2 Corintios 12:7-10. Al principio, sintió la frustración de una oración sin respuesta; luego, sintió el desafío de una oración respondida, pero no de acuerdo con sus expectativas.

Este es el tipo de lucha con Dios que conocen aquellos que están más avanzados en su relación con Dios.



4 pasos que te ayudarán a tener un tiempo con Dios.


Invite en oración a la presencia de Dios y pídale que su verdad le sean reveladas.

  1. Lea despacio
  2. Lea en voz alta
  3. Mientras esté leyendo pregúntele a Dios:

¿Señor qué me quieres decir hoy?
Permita que el Espíritu Santo le revele


Dios podría estar hablándole de Él

  1. ¿Quién es Él?
  2. ¿Cuáles son sus características?
  3. ¿Qué hará?

Dios podrá estar hablándole a usted. Reflexione en lo siguiente:

  • P ¿Será un PECADO que debo confesar?
  • A ¿Será una ACTITUD que debo adoptar?
  • M ¿Será un MANDAMIENTO que debo obedecer?
  • P ¿Será una PROMESA que debo reclamar?
  • E ¿Será un EJEMPLO que debo seguir o evitar?

Ahora que ha permitido que Dios le hablara, hable con Él en oración.

  1. Pida PERDÓN: Confiese su pecado, arrepiéntase y reciba el perdón de Dios
  2. De GRACIAS: Agradezca a Dios por sus muchas bendiciones y promesas
  3. Por FAVOR: Ore por sus necesidades y las de otros; salvación, sanidad, protección
  4. Finalice diciendo TE AMO. Termine este tiempo en adoración y alabanza

Ahora que ha permitido que Dios le hablara, hable con Él en oración.

  1. ¿Qué le habló Dios?
  2. ¿Cómo esto cambiará sus perspectivas?
  3. ¿Cómo aplicará esto en su vida diaria?

Juan 14:15 “Si me amáis, guardad mis mandamientos”

Santiago 1:22 “Mas sed hacedores de la palabra, y no tan solamente oidores, engañándoos á vosotros mismos”

DEVOCIONALES