LA DULZURA Y EFICACIA DE UNA VIDA DE ORACIÓN

Julio 01 de 2023

La iglesia no cierra. Ahora más unidos, más cerca.

 

LA DULZURA Y EFICACIA DE UNA VIDA DE ORACIÓN

 

Salmo 5:1-3

Oh Señor, óyeme cuando oro;
    presta atención a mi gemido.
Escucha mi grito de auxilio, mi Rey y mi Dios,

    porque solo a ti dirijo mi oración.
Señor, escucha mi voz por la mañana;

    cada mañana llevo a ti mis peticiones y quedo a la espera.

 

https://youtu.be/COp3seF3aU0

 

Oh, Señor, óyeme cuando oro; presta atención a mi gemido. Escucha mi grito de auxilio, mi Rey y mi Dios, porque solo a ti dirijo mi oración. Señor, escucha mi voz por la mañana; cada mañana llevo a ti mis peticiones y quedo a la espera.

 

Estimado lector:

 

David tenía una relación personal con Dios, conocía Su poder y Su amor, y esa era la razón por la que confiaba plenamente en Él, a tal punto que “de mañana en mañana” tenía la necesidad de llegar delante de Su presencia y presentarle sus peticiones.

 

Su dependencia de Dios le llevaba no solo a orar, sino también a esperar Su respuesta. Meditaba antes de orar y, después, esperaba. Al levantarse por la mañana, después de haber suplicado y haber recibido la paz de Dios antes de ir a dormir, el salmista acudía una vez más a la presencia de Dios, en oración y súplica. 

 

La esperanza firme de David estaba en Dios. Él sabía qué Dios obraría, por eso esperaba alerta Su intervención. Dios se movería, no lo defraudaría.

 

La perseverancia de un cristiano en la oración es prueba del sincero interés en una respuesta divina. Es un estilo de vida, es gozo, es refugio. Las peticiones que están basadas en la voluntad de Dios son como una semilla que llegan a Su corazón y que germinan añadiendo fe, fortaleza en su Palabra y una vida de adoración.

 

¿Qué te dijo Dios durante esta semana?

¿Cómo lo vas a aplicar hoy?

¿En qué área específica de tu vida?

Emocional _ Familiar _ Espiritual _ Financiera _ Otro _

 

4 pasos que te ayudarán a tener un tiempo con Dios.


Invite en oración a la presencia de Dios y pídale que su verdad le sean reveladas.

  1. Lea despacio
  2. Lea en voz alta
  3. Mientras esté leyendo pregúntele a Dios:

¿Señor qué me quieres decir hoy?
Permita que el Espíritu Santo le revele


Dios podría estar hablándole de Él

  1. ¿Quién es Él?
  2. ¿Cuáles son sus características?
  3. ¿Qué hará?

Dios podrá estar hablándole a usted. Reflexione en lo siguiente:

  • P ¿Será un PECADO que debo confesar?
  • A ¿Será una ACTITUD que debo adoptar?
  • M ¿Será un MANDAMIENTO que debo obedecer?
  • P ¿Será una PROMESA que debo reclamar?
  • E ¿Será un EJEMPLO que debo seguir o evitar?

Ahora que ha permitido que Dios le hablara, hable con Él en oración.

  1. Pida PERDÓN: Confiese su pecado, arrepiéntase y reciba el perdón de Dios
  2. De GRACIAS: Agradezca a Dios por sus muchas bendiciones y promesas
  3. Por FAVOR: Ore por sus necesidades y las de otros; salvación, sanidad, protección
  4. Finalice diciendo TE AMO. Termine este tiempo en adoración y alabanza

Ahora que ha permitido que Dios le hablara, hable con Él en oración.

  1. ¿Qué le habló Dios?
  2. ¿Cómo esto cambiará sus perspectivas?
  3. ¿Cómo aplicará esto en su vida diaria?

Juan 14:15 “Si me amáis, guardad mis mandamientos”

Santiago 1:22 “Mas sed hacedores de la palabra, y no tan solamente oidores, engañándoos á vosotros mismos”

DEVOCIONALES