Julio 01 de 2023
LA DULZURA Y EFICACIA DE UNA VIDA DE ORACIÓN
Salmo 5:1-3
Oh Señor, óyeme cuando oro;
presta
atención a mi gemido.
2 Escucha
mi grito de auxilio, mi Rey y mi Dios,
porque
solo a ti dirijo mi oración.
3 Señor, escucha mi voz por la mañana;
cada
mañana llevo a ti mis peticiones y quedo a la espera.
Oh, Señor, óyeme cuando oro; presta atención a mi gemido. Escucha
mi grito de auxilio, mi Rey y mi Dios, porque solo a ti dirijo mi oración.
Señor, escucha mi voz por la mañana; cada mañana llevo a ti mis peticiones y
quedo a la espera.
Estimado lector:
David tenía una relación personal con Dios, conocía Su poder y Su amor,
y esa era la razón por la que confiaba plenamente en Él, a tal punto que “de
mañana en mañana” tenía la necesidad de llegar delante de Su presencia y
presentarle sus peticiones.
Su dependencia de Dios le llevaba no solo a orar, sino también a esperar
Su respuesta. Meditaba antes de orar y, después, esperaba. Al levantarse
por la mañana, después de haber suplicado y haber recibido la paz de Dios antes
de ir a dormir, el salmista acudía una vez más a la presencia de Dios, en oración
y súplica.
La esperanza firme de David estaba en Dios. Él sabía qué Dios obraría,
por eso esperaba alerta Su intervención. Dios se movería, no lo defraudaría.
La perseverancia de un cristiano en la oración es prueba del sincero
interés en una respuesta divina. Es un estilo de vida, es gozo, es refugio. Las
peticiones que están basadas en la voluntad de Dios son como una semilla que
llegan a Su corazón y que germinan añadiendo fe, fortaleza en su Palabra y una
vida de adoración.
¿Qué te dijo
Dios durante esta semana?
¿Cómo lo vas a aplicar hoy?
¿En qué área específica de tu vida?
Emocional _ Familiar _ Espiritual _
Financiera _ Otro _
Invite en oración a la presencia de Dios y pídale que su verdad le sean reveladas.
¿Señor qué me quieres decir hoy?
Permita que el Espíritu Santo le revele
Dios podría estar hablándole de Él
Dios podrá estar hablándole a usted. Reflexione en lo siguiente:
Ahora que ha permitido que Dios le hablara, hable con Él en oración.
Ahora que ha permitido que Dios le hablara, hable con Él en oración.
Juan 14:15 “Si me amáis, guardad mis mandamientos”
Santiago 1:22 “Mas sed hacedores de la palabra, y no tan solamente oidores, engañándoos á vosotros mismos”