Julio 28 de 2025
LA FE VENCE AL MIEDO
MATEO 8:26-27
26 —¿Por qué tienen miedo?—preguntó
Jesús—. ¡Tienen tan poca fe!
Entonces se levantó y reprendió al viento y a las olas
y, de repente, hubo una gran calma.
27 Los discípulos quedaron
asombrados y preguntaron: «¿Quién es este hombre? ¡Hasta el viento y las
olas lo obedecen!».
https://youtu.be/bd-ectv28RE?si=exrkECOV1vIi-wue
Estimado Lector:
Esta es una enseñanza profunda para la vida espiritual
del creyente. En ellos se confrontan dos fuerzas opuestas: la fe y el miedo.
Jesús, al calmar la tormenta, no solo demuestra su autoridad sobre la creación,
sino que también revela la condición del corazón de sus discípulos: una fe aún
inmadura.
La pregunta de Jesús, “¿Por qué tienen miedo, hombres
de poca fe?”, señala que el temor es una evidencia de una fe debilitada. Miedo
y fe no pueden coexistir plenamente; uno neutraliza al otro.
Con una sola orden, Jesús reprende al viento y al mar,
y estos le obedecen. Este acto no solo asombra a los discípulos, sino que
despierta en ellos una comprensión más profunda: están ante alguien más que un
maestro. Su pregunta —“¿Quién es este, que hasta los vientos y el mar lo
obedecen?”— revela el inicio de una revelación mayor: la naturaleza divina de
Cristo.
Este pasaje plantea una pregunta para todo creyente:
¿la fe permanece firme aun cuando las circunstancias parecen fuera de control?
La fe auténtica no depende del clima favorable, sino que se sostiene aún en
medio de la tormenta. Es allí donde se revela quién es verdaderamente Jesús… y
cuánto se confía en Él.
Invite en oración a la presencia de Dios y pídale que su verdad le sean reveladas.
¿Señor qué me quieres decir hoy?
Permita que el Espíritu Santo le revele
Dios podría estar hablándole de Él
Dios podrá estar hablándole a usted. Reflexione en lo siguiente:
Ahora que ha permitido que Dios le hablara, hable con Él en oración.
Ahora que ha permitido que Dios le hablara, hable con Él en oración.
Juan 14:15 “Si me amáis, guardad mis mandamientos”
Santiago 1:22 “Mas sed hacedores de la palabra, y no tan solamente oidores, engañándoos á vosotros mismos”