Mayo 20 de 2024
LA IMPORTANCIA
DE LA CONFESIÓN DE PECADO
2 SAMUEL
12:1-12 (SALMOS 51, 18, 84, 86,19, 51)
Por lo tanto, el Señor envió al profeta Natán para
que le contara a David la siguiente historia:
—Había dos hombres en cierta ciudad; uno era rico y el otro,
pobre. 2 El hombre rico poseía muchas ovejas, y
ganado en cantidad. 3 El pobre no tenía nada, solo
una pequeña oveja que había comprado. Él crio esa ovejita, la cual creció junto
con sus hijos. La ovejita comía del mismo plato del dueño y bebía de su vaso, y
él la acunaba como a una hija. 4 Cierto día llegó
una visita a la casa del hombre rico. Pero en lugar de matar un animal de su
propio rebaño o de su propia manada, tomó la ovejita del hombre pobre, la mató
y la preparó para su invitado.
5 Entonces David se puso furioso.
—¡Tan cierto como que el Señor vive—juró—, cualquier hombre
que haga semejante cosa merece la muerte! 6 Debe
reparar el daño dándole al hombre pobre cuatro ovejas por la que le robó y por
no haber tenido compasión.
7 Entonces Natán le dijo a David:
—¡Tú eres ese hombre! El Señor, Dios de Israel, dice: “Yo te
ungí rey de Israel y te libré del poder de Saúl. 8 Te
di la casa de tu amo, sus esposas y los reinos de Israel y Judá. Y si eso no
hubiera sido suficiente, te habría dado más, mucho más. 9 ¿Por
qué, entonces, despreciaste la palabra del Señor e hiciste este acto tan
horrible? Pues mataste a Urías el hitita con la espada de los amonitas y le
robaste a su esposa. 10 De ahora en adelante, tu
familia vivirá por la espada porque me has despreciado al tomar a la esposa de
Urías para que sea tu mujer”.
11 »Esto dice el Señor: “Por lo que has hecho, haré que
tu propia familia se rebele en tu contra. Ante tus propios ojos, daré tus
mujeres a otro hombre, y él se acostará con ellas a la vista de todos. 12 Tú
lo hiciste en secreto, pero yo haré que esto suceda abiertamente a la vista de
todo Israel”.
https://youtu.be/6irVbOHx6ho?si=odhBlaFOlf2ytOjg
Estimado
lector:
Pasado un
año desde que David cometiera adulterio con Betsabé (2 Samuel 11), Dios
confrontó a David a través de una parábola contada por el profeta Natán. La
reacción de extremo enojo de David, con la actitud del hombre rico de la
historia, demuestra su condición espiritual, al lanzar un juicio de muerte, aun
sabiendo que la pena era otra (Éxodo 22:1). El pecado, no confesado, lo
convirtió en un hombre amargado, cruel, irreflexivo e inmisericorde.
David
merecía la muerte (Levítico 20:10); pero Dios, en su misericordia, le dio
oportunidad de arrepentirse, y así lo hizo (Salmo 51). Pero, aunque su pecado
fue perdonado, no pudo evitar las consecuencias de ese pecado: La espada nunca
se apartó de su casa; el hijo que tuvo con Betsabé, murió; su hijo Absalón,
mató a su medio hermano, Amnón (2 Samuel 13); Absalón se rebeló contra su padre
(2 Samuel 15).
El pecado
tiene un poder destructivo en la vida de un hijo de Dios. El pecado, sin
confesar, crea una barrera entre el creyente y Dios; por eso, Él promete
perdonar la transgresión si se confiesa (1 Juan 1:9). El trono de Dios espera y
tiene un oído listo; solo se requiere de un corazón arrepentido y dispuesto
para ser restaurado.
Invite en oración a la presencia de Dios y pídale que su verdad le sean reveladas.
¿Señor qué me quieres decir hoy?
Permita que el Espíritu Santo le revele
Dios podría estar hablándole de Él
Dios podrá estar hablándole a usted. Reflexione en lo siguiente:
Ahora que ha permitido que Dios le hablara, hable con Él en oración.
Ahora que ha permitido que Dios le hablara, hable con Él en oración.
Juan 14:15 “Si me amáis, guardad mis mandamientos”
Santiago 1:22 “Mas sed hacedores de la palabra, y no tan solamente oidores, engañándoos á vosotros mismos”