Mayo 23 de 2025
La iglesia no cierra. Ahora más unidos, más cerca.
NACIMIENTO DEL MESÍAS
MATEO 1:20-21
20 Mientras
consideraba esa posibilidad, un ángel del Señor se le apareció en un sueño.
«José, hijo de David—le dijo el ángel—, no tengas miedo de recibir a María por
esposa, porque el niño que lleva dentro de ella fue concebido por el Espíritu
Santo. 21 Y tendrá un hijo y lo llamarás Jesús, porque
él salvará a su pueblo de sus pecados».
https://youtu.be/IqZRTsh-0wA?si=aWnB39LtRdmQJ0qe
Estimado lector:
No se trataba del ángel del Señor, sino de un ángel
enviado por el Señor. Posiblemente, se trató de Gabriel, quien aparece en otros
anuncios celestiales a María y Zacarías (Lucas 1:19 y 1:26). Sin embargo,
mientras aquellos encuentros fueron visibles, este mensaje fue transmitido a
José mediante un sueño.
José, al considerar la situación, se
encontraba preocupado por el embarazo de María y por las decisiones que debía
tomar en consecuencia. Aunque había decidido dejarla en secreto, esa
determinación no le brindaba plena tranquilidad.
No se registra que María haya informado a José
que el embarazo era por obra del Espíritu Santo, lo cual es comprensible debido
a la dificultad de explicar un hecho tan extraordinario. El mensaje del ángel
sirvió para aclarar esta situación y brindar dirección.
El nombre indicado por el ángel fue “Jesús”,
un nombre común en aquel tiempo, cuyo significado es “La salvación de Jehová”.
La salvación no está limitada al pueblo judío
por descendencia. No es la pertenencia física a Abraham lo que garantiza el
perdón, sino la pertenencia espiritual a Jesús, quien reúne a su pueblo como
Salvador de todos los que creen.
Invite en oración a la presencia de Dios y pídale que su verdad le sean reveladas.
¿Señor qué me quieres decir hoy?
Permita que el Espíritu Santo le revele
Dios podría estar hablándole de Él
Dios podrá estar hablándole a usted. Reflexione en lo siguiente:
Ahora que ha permitido que Dios le hablara, hable con Él en oración.
Ahora que ha permitido que Dios le hablara, hable con Él en oración.
Juan 14:15 “Si me amáis, guardad mis mandamientos”
Santiago 1:22 “Mas sed hacedores de la palabra, y no tan solamente oidores, engañándoos á vosotros mismos”