PACTO RENOVADO.

Josué 24:23-28

²³ —Muy bien—dijo Josué—, entonces destruyan los ídolos que tienen entre ustedes y entréguenle el corazón al Señor, Dios de Israel.

²⁴ Entonces los israelitas le dijeron a Josué:

—Serviremos al Señor nuestro Dios. Lo obedeceremos solo a él.

²⁵ Entonces, ese día en Siquem, Josué hizo un pacto con ellos, el cual los comprometía a seguir los decretos y las ordenanzas del Señor. 

²⁶ Josué escribió todas esas cosas en el libro de instrucción de Dios. Como recordatorio del acuerdo, tomó una piedra enorme y la llevó rodando hasta debajo del árbol de terebinto que estaba junto al tabernáculo del Señor.

²⁷ Josué le dijo a todo el pueblo:

—Esta piedra escuchó todo lo que el Señor nos dijo. Será un testigo en contra de ustedes si no cumplen lo que le prometieron a Dios.

²⁸ Después Josué mandó que todo israelita regresara a su tierra, cada uno a su hogar.

Estimado lector

En este último mensaje de Josué al pueblo de Israel, les inculcó mantener la fuerza y el valor. También a permanecer cerca de Dios, porque dependían totalmente de Su dirección y protección. Josué los llevó al reconocimiento, pero también les hizo la advertencia de que cuando vivieran con estabilidad, disfrutando de la prosperidad y abundancia, no podrían alejarse de Dios. Josué los llamó a consagrarse plenamente a Dios.

Josué les exigió que eliminaran a los dioses ajenos y que inclinaran sus corazones amando y obedeciendo a Dios con todo su corazón, su alma y fuerzas. Cuando respondieron que estaban dispuestos a obedecer, los llamó de inmediato a restaurar el pacto con Dios, persuadiéndolos a que se comprometieran a las generosas condiciones que Dios había establecido.

Cuando nos comprometemos con nuestro Señor a restaurar y renovar nuestra mala manera de vivir, debe ser de forma instantánea real y genuina. Si la promesa de obediencia, amor y servicio a Dios no se pone en práctica, podemos perder pronto el control moral de la conciencia.

Es esencial que nuestra entrega y servicio a Dios sea hecho con una actitud voluntaria y sincera, porque el amor es el único principio genuino del cual debe provenir toda entrega.

Nuestro Padre Eterno ha sido y es muy bondadoso con todos nosotros. Aprendamos a reconocer las múltiples bendiciones que derrama en cada uno, viviendo una vida que lo honre y alegre Su perfecto y amoroso corazón.

¿Qué te dice Dios?

¿Qué vas a hacer?      ¿Cómo lo vas a aplicar hoy?   ¿En qué área? 

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