Febrero 27 de 2025
SEGURIDAD EN MEDIO DEL SUFRIMIENTO
SALMOS 119:69-72
69 Los
arrogantes me difaman con mentiras,
pero la verdad es que obedezco tus mandamientos con
todo el corazón.
70 El corazón de ellos es torpe y necio;
yo, en cambio, me deleito en tus enseñanzas.
71 El sufrimiento me hizo bien,
porque me enseñó a prestar atención a tus decretos.
72 Tus enseñanzas son más valiosas para mí
que millones en oro y plata.
https://youtu.be/uEKyMKuac_8?si=95tsEvFIlg8Ygmvw
Estimado lector:
El
sufrimiento es una experiencia que nadie desea atravesar. Sin embargo, las
dificultades y pruebas en la vida pueden convertirse en momentos donde el poder
y la misericordia de Dios se hacen evidentes, permitiendo que las personas se
acerquen más a Él. Aunque en ciertos momentos puede parecer que Dios está
ausente, Su presencia permanece constante y cercana.
Es común que
en situaciones como enfermedades, crisis económicas, conflictos familiares,
injusticias o incluso la pérdida de un ser querido, surja un mayor deseo de
buscar a Dios. Son precisamente estos momentos los que pueden ser oportunidades
para reconocer que, aunque las circunstancias sean adversas, Su Palabra sigue
siendo la verdad absoluta y tiene el poder de sostener y fortalecer.
Las
Escrituras afirman que Dios es refugio, auxilio en tiempos de angustia, sanador
de enfermedades, consuelo en el dolor, restaurador de relaciones, mediador ante
el Padre, dador de vida, abogado y defensor, salvador y el camino, la verdad y
la vida.
Ante
cualquier situación, la certeza de la Palabra de Dios brinda seguridad, tal
como expresa el salmista: "Mejor me es la ley de tu boca que millares
de oro y plata".
Invite en oración a la presencia de Dios y pídale que su verdad le sean reveladas.
¿Señor qué me quieres decir hoy?
Permita que el Espíritu Santo le revele
Dios podría estar hablándole de Él
Dios podrá estar hablándole a usted. Reflexione en lo siguiente:
Ahora que ha permitido que Dios le hablara, hable con Él en oración.
Ahora que ha permitido que Dios le hablara, hable con Él en oración.
Juan 14:15 “Si me amáis, guardad mis mandamientos”
Santiago 1:22 “Mas sed hacedores de la palabra, y no tan solamente oidores, engañándoos á vosotros mismos”