UN CLAMOR FERVIENTE PARA UNA DERROTA SEGURA

Noviembre 12 de 2024

La iglesia no cierra. Ahora más unidos, más cerca.

UN CLAMOR FERVIENTE PARA UNA DERROTA SEGURA

 

SALMOS 108:7-9

Por su santidad, Dios ha prometido:
«Dividiré a Siquem con alegría
    y mediré el valle de Sucot.
Galaad es mío,
    y también Manasés.
Efraín, mi casco, producirá mis guerreros,
    y Judá, mi cetro, producirá mis reyes.
Pero Moab, mi lavamanos, se convertirá en mi siervo,
    y sobre Edom me limpiaré los pies,
    y gritaré triunfante sobre Filistea».

 

https://youtu.be/UVJT3uMtnbw?si=7BWRMbsuVxc6S8L

 

 

Estimado lector:

 

David, como profeta de Dios, exaltó la grandeza y el poder del Padre, asegurando al pueblo que la palabra de victoria que profetizaba nacía directamente del santuario de Dios. El salmista estaba convencido de que, finalmente, Dios librará a su pueblo y le daría victoria sobre todos sus enemigos, y que su majestad estará siempre sobre todos los pueblos de la tierra.

David y su pueblo tenían perfectamente identificados a sus enemigos: Moab, Edom y Filistea. Estos enemigos fueron enfrentados constantemente por Israel. De hecho, este salmo de David es una recopilación o repetición de salmos que habían sido escritos en episodios anteriores.

El Señor comparó a Moab con una "vasija para lavarse"; en esos tiempos, las vasijas con agua se cambiaban constantemente, ya que en ellas quedaba toda la suciedad de las manos y del cuerpo de los viajeros. A Edom lo comparó con el calzado. ¿Puede imaginarse cómo estaba el calzado de esos caminantes después de recorrer largas distancias por caminos sucios, polvorientos y llenos de desechos de los animales que por allí transitaban? Y Filistea era motivo de regocijo y gozo para Dios, debido a su continua y contundente derrota.

A lo largo de la vida, algo seguro es que en el camino se encontrarán enemigos: personas que actúan con violencia, con injusticia, con falsos testimonios. Identifícalos y clama al Señor, como lo hizo David, teniendo la certeza y la confianza de que Dios será quien los derrote.

 

 

4 pasos que te ayudarán a tener un tiempo con Dios.


Invite en oración a la presencia de Dios y pídale que su verdad le sean reveladas.

  1. Lea despacio
  2. Lea en voz alta
  3. Mientras esté leyendo pregúntele a Dios:

¿Señor qué me quieres decir hoy?
Permita que el Espíritu Santo le revele


Dios podría estar hablándole de Él

  1. ¿Quién es Él?
  2. ¿Cuáles son sus características?
  3. ¿Qué hará?

Dios podrá estar hablándole a usted. Reflexione en lo siguiente:

  • P ¿Será un PECADO que debo confesar?
  • A ¿Será una ACTITUD que debo adoptar?
  • M ¿Será un MANDAMIENTO que debo obedecer?
  • P ¿Será una PROMESA que debo reclamar?
  • E ¿Será un EJEMPLO que debo seguir o evitar?

Ahora que ha permitido que Dios le hablara, hable con Él en oración.

  1. Pida PERDÓN: Confiese su pecado, arrepiéntase y reciba el perdón de Dios
  2. De GRACIAS: Agradezca a Dios por sus muchas bendiciones y promesas
  3. Por FAVOR: Ore por sus necesidades y las de otros; salvación, sanidad, protección
  4. Finalice diciendo TE AMO. Termine este tiempo en adoración y alabanza

Ahora que ha permitido que Dios le hablara, hable con Él en oración.

  1. ¿Qué le habló Dios?
  2. ¿Cómo esto cambiará sus perspectivas?
  3. ¿Cómo aplicará esto en su vida diaria?

Juan 14:15 “Si me amáis, guardad mis mandamientos”

Santiago 1:22 “Mas sed hacedores de la palabra, y no tan solamente oidores, engañándoos á vosotros mismos”

DEVOCIONALES