UN CLAMOR Y LAMENTO EN MEDIO DEL DESASTRE

Julio 27 de 2024

La iglesia no cierra. Ahora más unidos, más cerca.

UN CLAMOR Y LAMENTO EN MEDIO DEL DESASTRE


SALMOS 79:1-4

Oh Dios, naciones paganas conquistaron tu tierra,

    tu posesión más preciada.

Profanaron tu santo templo

    y convirtieron a Jerusalén en un montón de ruinas.

2 Dejaron los cadáveres de tus siervos

    como alimento para las aves del cielo.

La carne de tus justos

    se ha convertido en comida para los animales salvajes.

3 La sangre fluyó como agua por toda Jerusalén;

    no queda nadie para enterrar a los muertos.

4 Nuestros vecinos se mofan de nosotros;

    somos objeto de desprecio y desdén de quienes nos rodean.



https://youtu.be/6wA5tfK48io?si=eWNW_Pff9wkPqInn



Estimado lector: 


Una de las características más importantes del salmista y del creyente en particular es la intercesión ante Dios.

La intercesión del salmista, en esta ocasión, se enfoca en solicitar misericordia y perdón al Señor por la apostasía de su pueblo Israel, pidiendo también el castigo de las naciones que habían destruido Jerusalén y el templo de Dios.

Al leer estos versículos surge una pregunta importante: ¿Cómo puede el pueblo de Dios enfrentar tal desastre cuando parece que Dios está ausente? Muchos pueden aceptar que Dios castigue a su pueblo rebelde, pero cuando incluso el santo templo de Dios está destruido, les parece que Dios ha dejado de cumplir sus promesas. Sin embargo, el salmista no toma el camino de menor resistencia, que sería abandonar la fe, sino que clama a Dios, apelando a su misericordia.

En esta circunstancia, el salmista, al igual que el creyente, debe estar motivado por el interés en la gloria de Dios, sin importar las dificultades que atraviesa, y por dar a conocer Su nombre entre las naciones incrédulas.


4 pasos que te ayudarán a tener un tiempo con Dios.


Invite en oración a la presencia de Dios y pídale que su verdad le sean reveladas.

  1. Lea despacio
  2. Lea en voz alta
  3. Mientras esté leyendo pregúntele a Dios:

¿Señor qué me quieres decir hoy?
Permita que el Espíritu Santo le revele


Dios podría estar hablándole de Él

  1. ¿Quién es Él?
  2. ¿Cuáles son sus características?
  3. ¿Qué hará?

Dios podrá estar hablándole a usted. Reflexione en lo siguiente:

  • P ¿Será un PECADO que debo confesar?
  • A ¿Será una ACTITUD que debo adoptar?
  • M ¿Será un MANDAMIENTO que debo obedecer?
  • P ¿Será una PROMESA que debo reclamar?
  • E ¿Será un EJEMPLO que debo seguir o evitar?

Ahora que ha permitido que Dios le hablara, hable con Él en oración.

  1. Pida PERDÓN: Confiese su pecado, arrepiéntase y reciba el perdón de Dios
  2. De GRACIAS: Agradezca a Dios por sus muchas bendiciones y promesas
  3. Por FAVOR: Ore por sus necesidades y las de otros; salvación, sanidad, protección
  4. Finalice diciendo TE AMO. Termine este tiempo en adoración y alabanza

Ahora que ha permitido que Dios le hablara, hable con Él en oración.

  1. ¿Qué le habló Dios?
  2. ¿Cómo esto cambiará sus perspectivas?
  3. ¿Cómo aplicará esto en su vida diaria?

Juan 14:15 “Si me amáis, guardad mis mandamientos”

Santiago 1:22 “Mas sed hacedores de la palabra, y no tan solamente oidores, engañándoos á vosotros mismos”

DEVOCIONALES