Marzo 28 de 2023
UN CORAZÓN PARA ENSEÑAR
2 Corintios 1:23-24
23 Ahora pongo a Dios por testigo de
que les digo la verdad. La razón por la cual no regresé a Corinto fue para
ahorrarles una severa reprimenda; 24 pero eso no significa que queramos
dominarlos al decirles cómo poner en práctica su fe. Queremos trabajar junto
con ustedes para que estén llenos de alegría, porque es por medio de su propia
fe que se mantienen firmes.
Estimado
lector:
El apóstol
Pablo escribió los primeros capítulos de esta epístola, con el propósito de
alentar a los nuevos creyentes de Corinto, que seguían fielmente su paternidad
espiritual. Les explicó por qué no había pasado a visitarlos, colocando a Dios
como testigo de su decisión.
Él conocía
perfectamente lo que era sufrir por causa del evangelio; y, no quería hacerlos
sentir mal, ni parecer un enjuiciador de los desmanes de los antagonistas, que
eran muchos.
Pablo tenía
ese amor “que no piensa en el mal”, y evitaba flagelar con la censura que causa
dolor. Contrariamente a lo que siempre han hecho los buscadores de fallas
sociales, que viven acechando errores, sin ofrecer soluciones.
En el
versículo 24, él renunció a la autoridad sobre la fe de los demás. “No por eso
nos enseñoreamos de vuestra fe.”
La verdadera
obra de un ministro del evangelio es la de un ayudante; no la de un señor y,
mucho menos, la de un sustituto. Un verdadero ministro debe ayudar a los
hombres y pensar de la manera correcta, para sentirse bien consigo mismo, con
los demás y, con Dios.
¿Qué te dice Dios en este día?
¿Cómo lo vas a aplicar hoy?
¿En qué área específica de tu vida?
Emocional _ Familiar _ Espiritual _ Financiera _ Otro
_
Invite en oración a la presencia de Dios y pídale que su verdad le sean reveladas.
¿Señor qué me quieres decir hoy?
Permita que el Espíritu Santo le revele
Dios podría estar hablándole de Él
Dios podrá estar hablándole a usted. Reflexione en lo siguiente:
Ahora que ha permitido que Dios le hablara, hable con Él en oración.
Ahora que ha permitido que Dios le hablara, hable con Él en oración.
Juan 14:15 “Si me amáis, guardad mis mandamientos”
Santiago 1:22 “Mas sed hacedores de la palabra, y no tan solamente oidores, engañándoos á vosotros mismos”