Febrero 29 de 2024
UNA
SABIDURÍA QUE NOS DIFERENCIA DE LOS ANIMALES
SALMOS 49:16-20
16 Así que no te desanimes cuando los
malvados se enriquezcan,
y en sus casas haya cada vez más esplendor.
17 Pues
al morir, no se llevan nada consigo;
sus riquezas no los seguirán a la tumba.
18 En
esta vida se consideran dichosos
y los aplauden por su éxito.
19 Pero
morirán como todos sus antepasados,
y nunca más volverán a ver la luz del día.
20 La
gente que se jacta de su riqueza no comprende;
morirán, al igual que los animales.
https://youtu.be/3X9hwSYPSV4?si=QMXguP4t1OySM0P5
Estimado
lector:
“No
hay que desanimarse cuando los malvados enriquecen” El desánimo puede surgir de
formas sutiles:
Porque
alguien piensa que prosperan a sus expensas; porque se le da más importancia a
lo material; porque se duda del gobierno de Dios; porque tal vez no haya
recompensa para los justos, ni castigo para los malvados.
El
salmista asegura que no hay razones para temer. El que confió y se jactó en las
riquezas, no se lleva nada al más allá, ni descenderá tras él la gloria que ha
tenido en esta vida. Pero los rectos, obtendrán la Gloria de Dios en el mundo
venidero (Hebreos 2:10, 2 Tesalonicenses 2:14).
“Y
nunca más verá la luz”: El salmista tenía una vaga comprensión del castigo en
el mundo venidero, pero sabía que era un lugar de tinieblas.
“El
hombre que está en honra y no entiende, es semejante a los animales que
perecen”. El salmo termina repitiendo la advertencia del Salmo 49:12.
“El
banquero se pudre tan rápido como el limpiabotas, y el que tiene título se
vuelve tan pútrido como el indigente”.
Es
necesaria la enseñanza del Espíritu Santo, para evitar ser necios al desear
ostentar el poder, dejando de lado lo realmente importante.
Invite en oración a la presencia de Dios y pídale que su verdad le sean reveladas.
¿Señor qué me quieres decir hoy?
Permita que el Espíritu Santo le revele
Dios podría estar hablándole de Él
Dios podrá estar hablándole a usted. Reflexione en lo siguiente:
Ahora que ha permitido que Dios le hablara, hable con Él en oración.
Ahora que ha permitido que Dios le hablara, hable con Él en oración.
Juan 14:15 “Si me amáis, guardad mis mandamientos”
Santiago 1:22 “Mas sed hacedores de la palabra, y no tan solamente oidores, engañándoos á vosotros mismos”