DERROTADOS SIN DIOS, VICTORIOSOS CON ÉL

Abril 01 de 2024

La iglesia no cierra. Ahora más unidos, más cerca.

 

DERROTADOS SIN DIOS, VICTORIOSOS CON ÉL

 

SALMOS 60:1-5

Nos has rechazado, oh Dios, y quebraste nuestras defensas.
    Te enojaste con nosotros; ahora, restáuranos al gozo de tu favor.
Sacudiste nuestra tierra y la abriste en dos.
    Sella las grietas, porque la tierra tiembla.
Has sido muy estricto con nosotros;
    nos hiciste beber de un vino que nos dejó tambaleantes.
Pero has levantado un estandarte para los que te temen:
    un punto de reunión en medio del ataque. Interludio

Rescata ahora a tu pueblo amado;
    respóndenos y sálvanos con tu poder.

 

https://youtu.be/ra6szgseq_0?si=aMfO__PcN0pzDKMW

 

Estimado lector:

 

¿Cuándo se deja de recibir la ayuda y protección de Dios? Cuando se deja de hacer Su voluntad.

 

Esta fue la confesión de David tras la derrota de su pueblo en la batalla. El mismo David reconoció en este Salmo que existir sin la presencia y el respaldo de Dios es una existencia sin sentido. Pelear sin Su respaldo es una derrota segura.

 

Sin embargo, David, reconociendo el grave error del pueblo y sintiéndose desanimado, no dudó en volver a Él para acudir a su misericordia y gracia.

 

Las derrotas y los fracasos de la vida cuando se viven sin Dios son trágicos. Ningún creyente está exento de sufrir una derrota, un fracaso en su vida espiritual, familiar o personal, porque su pecado, su conformidad y apego a la sociedad que lo rodea, el orgullo o el abandono de los principios bíblicos de verdad y justicia han ofendido al Espíritu de Dios.

 

Ante una situación como esta, la buena noticia es que Dios nunca ha dejado, ni dejará de amar a sus hijos, y se puede izar la bandera que representa la fe y la confianza en Dios para que la victoria, a pesar de la derrota en una batalla, esté asegurada.

 

 

 

4 pasos que te ayudarán a tener un tiempo con Dios.


Invite en oración a la presencia de Dios y pídale que su verdad le sean reveladas.

  1. Lea despacio
  2. Lea en voz alta
  3. Mientras esté leyendo pregúntele a Dios:

¿Señor qué me quieres decir hoy?
Permita que el Espíritu Santo le revele


Dios podría estar hablándole de Él

  1. ¿Quién es Él?
  2. ¿Cuáles son sus características?
  3. ¿Qué hará?

Dios podrá estar hablándole a usted. Reflexione en lo siguiente:

  • P ¿Será un PECADO que debo confesar?
  • A ¿Será una ACTITUD que debo adoptar?
  • M ¿Será un MANDAMIENTO que debo obedecer?
  • P ¿Será una PROMESA que debo reclamar?
  • E ¿Será un EJEMPLO que debo seguir o evitar?

Ahora que ha permitido que Dios le hablara, hable con Él en oración.

  1. Pida PERDÓN: Confiese su pecado, arrepiéntase y reciba el perdón de Dios
  2. De GRACIAS: Agradezca a Dios por sus muchas bendiciones y promesas
  3. Por FAVOR: Ore por sus necesidades y las de otros; salvación, sanidad, protección
  4. Finalice diciendo TE AMO. Termine este tiempo en adoración y alabanza

Ahora que ha permitido que Dios le hablara, hable con Él en oración.

  1. ¿Qué le habló Dios?
  2. ¿Cómo esto cambiará sus perspectivas?
  3. ¿Cómo aplicará esto en su vida diaria?

Juan 14:15 “Si me amáis, guardad mis mandamientos”

Santiago 1:22 “Mas sed hacedores de la palabra, y no tan solamente oidores, engañándoos á vosotros mismos”

DEVOCIONALES