Marzo 05 de 2024
DIOS
PROVEE LO NECESARIO PARA LEVANTAR AL CAÍDO
SALMOS
51:1-6
Ten misericordia de mí, oh Dios,
debido a tu amor inagotable;
a causa de tu gran compasión,
borra la mancha de mis pecados.
2 Lávame de la culpa
hasta que quede limpio
y purifícame de mis pecados.
3 Pues reconozco
mis rebeliones;
día y noche me persiguen.
4 Contra ti y solo
contra ti he pecado;
he hecho lo que es malo ante tus ojos.
Quedará demostrado que
tienes razón en lo que dices
y que tu juicio contra mí es justo.
5 Pues soy pecador
de nacimiento,
así es, desde el momento en que me
concibió mi madre.
6 Pero tú deseas honradez
desde el vientre
y aun allí me enseñas sabiduría.
https://youtu.be/oDq5UZSYaPw?si=X7mGM3WUBGwHxIGI
Estimado
lector:
En
este salmo se ve reflejado a David: aquel hombre que se encuentra descrito en
la biblia como “un Hombre conforme al Corazón
de Dios”. Un
hombre que amaba a Dios con todo su corazón, y que, sin
embargo; también fue atrapado por la sutileza y la dulzura del
pecado, que fue seducido por lo atractivo que muchas veces parece ante los ojos
el pecado.
David
había caído sumamente
bajo; el diablo lo había enredado de tal manera que lo que comenzó
en el balcón de su palacio terminó
en un despiadado asesinato. Además, hizo todo
lo necesario para encubrir su maldad. Sin embargo, aunque en su genuino
arrepentimiento reconoció que el pecado estaba arraigado dentro de él,
Dios aún quería trabajar
profundamente en él. Dios buscaba una transformación
en David hasta lo más íntimo, en lo
secreto, donde podría conocer la sabiduría.
David no clamaba por una reforma superficial, sino por algo mucho más
profundo.
Mientras
más clara es la visión que se
tiene de la magnitud del pecado, mayor es también la
necesidad de experimentar la plenitud de la oferta divina del perdón.
El arrepentimiento lleva a entender el pecado de tal forma que se ve el
proceder como lo que en verdad es: una ofensa abierta contra el mismo Dios. Sin
embargo, Cristo es la provisión diaria de
perdón. Él ha pagado
la cuenta por todos los pecados, por lo tanto, es posible alcanzar el perdón
mediante el oportuno arrepentimiento.
Invite en oración a la presencia de Dios y pídale que su verdad le sean reveladas.
¿Señor qué me quieres decir hoy?
Permita que el Espíritu Santo le revele
Dios podría estar hablándole de Él
Dios podrá estar hablándole a usted. Reflexione en lo siguiente:
Ahora que ha permitido que Dios le hablara, hable con Él en oración.
Ahora que ha permitido que Dios le hablara, hable con Él en oración.
Juan 14:15 “Si me amáis, guardad mis mandamientos”
Santiago 1:22 “Mas sed hacedores de la palabra, y no tan solamente oidores, engañándoos á vosotros mismos”