Octubre 16 de 2024
LOS DESIERTOS QUE REVELAN AL DIOS DE PROMESAS
SALMOS 105:13-22
13 Anduvieron
de nación en nación,
de un reino a otro.
14 Sin embargo, él no permitió que nadie los oprimiera.
A favor de ellos, les advirtió a los reyes:
15 «No toquen a mi pueblo elegido
ni hagan daño a mis profetas».
16 Mandó
hambre a la tierra de Canaán,
y cortó la provisión de alimentos.
17 Luego envió a un hombre a Egipto delante de ellos:
a José, quien fue vendido como esclavo.
18 Le lastimaron los pies con grilletes
y en el cuello le pusieron un collar de hierro.
19 Hasta que llegó el momento de cumplir sus sueños,
el Señor puso a prueba el carácter de José.
20 Entonces el faraón mandó a buscarlo y lo puso en
libertad;
el gobernante de la nación le abrió la puerta de la
cárcel.
21 José quedó a cargo de toda la casa del rey;
llegó a ser el administrador de todas sus posesiones.
22 Con total libertad instruía a
los asistentes del rey
y enseñaba a los consejeros del rey.
https://youtu.be/vQ1W4DflBIg?si=WLL34N9g5eMj-wPo
Estimado lector:
El Salmo 105 presenta un recuento de las etapas que
culminaron en la victoria de Israel. Es un testimonio vivo de los millones de
israelitas que experimentaron cómo la fidelidad de Dios los abrazaba. Esto era
necesario para un pueblo que constantemente olvidaba y solo agradecía cuando
recibía respuesta a sus deseos carnales. Este cántico hace una referencia clara
al carácter de un Dios de promesas, que recuerda y cumple cada una de las cosas
que dice que hará, y que en todo momento es fiel a sí mismo. También es un
llamado a la integridad de corazón, a ser agradecidos y a adorar a Dios con
toda el alma, por quien es, por lo que ha hecho y porque no existe otro en el
mundo como Él.
Ser bendecidos no necesariamente implica no sufrir
tribulaciones, estar a salvo, ni siquiera tener un techo constante o la
seguridad de dónde estará el creyente al día siguiente. Ser bendecido se
relaciona con dejar que el Señor conduzca sus pasos y permitir que sea Él quien
marque el rumbo del barco.
Invite en oración a la presencia de Dios y pídale que su verdad le sean reveladas.
¿Señor qué me quieres decir hoy?
Permita que el Espíritu Santo le revele
Dios podría estar hablándole de Él
Dios podrá estar hablándole a usted. Reflexione en lo siguiente:
Ahora que ha permitido que Dios le hablara, hable con Él en oración.
Ahora que ha permitido que Dios le hablara, hable con Él en oración.
Juan 14:15 “Si me amáis, guardad mis mandamientos”
Santiago 1:22 “Mas sed hacedores de la palabra, y no tan solamente oidores, engañándoos á vosotros mismos”