Marzo 10 de 2025
NUESTRO AMOR A DIOS DEBE SER ÍNTEGRO
SALMOS 119:129-136
Pe
129 Tus
leyes son maravillosas.
¡Con razón las obedezco!
130 La enseñanza de tu palabra da luz,
de modo que hasta los simples pueden entender.
131 Abro la boca y jadeo
anhelando tus mandatos.
132 Ven y muéstrame tu misericordia,
como lo haces con todos los que aman tu nombre.
133 Guía mis pasos conforme a tu palabra,
para que no me domine el mal.
134 Rescátame de la opresión de la gente malvada,
entonces podré obedecer tus mandamientos.
135 Mírame con amor;
enséñame tus decretos.
136 Torrentes de lágrimas brotan de mis ojos,
porque la gente desobedece tus enseñanzas.
https://youtu.be/u2Y0zFuJdhw?si=oFrJlim2OibSVzGG
Estimado lector:
En los tres primeros versículos, se hace evidente la
relación de amor entre el Padre Celestial y quienes recurren a Él. Su respuesta
es notoria al corresponder a ese sentimiento del ser humano.
En los siguientes tres versículos, se manifiesta el clamor
del salmista, quien pide ayuda al Señor tras haber actuado de manera contraria
a su voluntad. Debido a ello, eleva una súplica llena de aflicción, expresando
el dolor de su doble ánimo en la vida diaria. Este reconocimiento lo lleva al
arrepentimiento y a implorar la guía divina para retomar el camino y
experimentar la abundancia de Dios en su corazón.
El último versículo refleja el llanto por el dolor causado,
y también el del Señor, quien sufre y llora, como está escrito en Isaías 3:8b,
por la inconstancia en el andar diario.
Es necesario dejar de ser de doble ánimo y confesar con la
boca (Pe) la Palabra de Dios.
Invite en oración a la presencia de Dios y pídale que su verdad le sean reveladas.
¿Señor qué me quieres decir hoy?
Permita que el Espíritu Santo le revele
Dios podría estar hablándole de Él
Dios podrá estar hablándole a usted. Reflexione en lo siguiente:
Ahora que ha permitido que Dios le hablara, hable con Él en oración.
Ahora que ha permitido que Dios le hablara, hable con Él en oración.
Juan 14:15 “Si me amáis, guardad mis mandamientos”
Santiago 1:22 “Mas sed hacedores de la palabra, y no tan solamente oidores, engañándoos á vosotros mismos”