Septiembre 19 de 2025
EL TRIGO Y LA CIZAÑA
MATEO 13: 24-30
Parábola del trigo y la maleza
24 La siguiente es otra historia
que contó Jesús: «El reino del cielo es como un agricultor que sembró
buena semilla en su campo.
25 Pero aquella noche, mientras los
trabajadores dormían, vino su enemigo, sembró hierbas malas entre el trigo y se
escabulló.
26 Cuando el cultivo comenzó a
crecer y a producir granos, la maleza también creció.
27 »Los empleados del agricultor
fueron a hablar con él y le dijeron: “Señor, el campo donde usted sembró la
buena semilla está lleno de maleza. ¿De dónde salió?”.
28 »“¡Eso es obra de un enemigo!”,
exclamó el agricultor.
»“¿Arrancamos la maleza?”, le preguntaron.
29 »“No—contestó el amo—, si lo
hacen, también arrancarán el trigo.
30 Dejen que ambas crezcan juntas
hasta la cosecha. Entonces les diré a los cosechadores que separen la maleza,
la aten en manojos y la quemen, y que pongan el trigo en el granero”».
https://youtu.be/T07Yraic6oQ?si=uSFd_43YdDfSNuFQ
Estimado Lector:
Jesús enseñó que el Reino de los Cielos es semejante a un hombre que
sembró buena semilla en su campo; sin embargo, mientras dormían, un enemigo
vino y sembró cizaña entre el trigo. Al crecer ambas plantas juntas, los
siervos preguntaron si debían arrancar la cizaña, pero el señor les ordenó
esperar hasta la cosecha, con el fin de no dañar el trigo.
Esta parábola revela una verdad trascendental: en el mundo, e incluso
dentro de la iglesia visible, coexisten los hijos del Reino y los hijos del
maligno. La cizaña, aunque semejante al trigo en apariencia, carece de fruto
verdadero. De igual manera, existen expresiones de fe que no proceden de un
corazón transformado por el Evangelio. La paciencia divina permite que ambos
crezcan juntos, recordando que el juicio final corresponde únicamente a Dios.
El trigo no debe inquietarse por la presencia de la cizaña, sino
enfocarse en producir fruto abundante para la gloria del Señor. La misión del
creyente no consiste en arrancar, juzgar ni condenar, sino en crecer firmemente
en la fe, con la certeza de que llegará el día en que Cristo mismo separará lo
auténtico de lo falso.
Este pasaje constituye, además, una invitación al autoexamen: ¿se es
trigo que fructifica para la gloria de Dios, o cizaña que se sostiene en
simples apariencias? Al final, la siega divina revelará la verdadera naturaleza
de cada corazón.
Invite en oración a la presencia de Dios y pídale que su verdad le sean reveladas.
¿Señor qué me quieres decir hoy?
Permita que el Espíritu Santo le revele
Dios podría estar hablándole de Él
Dios podrá estar hablándole a usted. Reflexione en lo siguiente:
Ahora que ha permitido que Dios le hablara, hable con Él en oración.
Ahora que ha permitido que Dios le hablara, hable con Él en oración.
Juan 14:15 “Si me amáis, guardad mis mandamientos”
Santiago 1:22 “Mas sed hacedores de la palabra, y no tan solamente oidores, engañándoos á vosotros mismos”