LIBRES PERO HUMILDES

Octubre 27 de 2025

La iglesia no cierra. Ahora más unidos, más cerca.

LIBRES PERO HUMILDES

 

MATEO 17:24-27

El pago del impuesto del templo

24 Cuando llegaron a Capernaúm, los cobradores del impuesto del templo se acercaron a Pedro y le preguntaron:

—¿Tu maestro no paga el impuesto del templo?

25 —Sí, lo paga—contestó Pedro.

Luego entró en la casa, pero antes de tener oportunidad de hablar, Jesús le preguntó:

—¿Qué te parece, Pedro? Los reyes, ¿cobran impuestos a su propia gente o a la gente que han conquistado?

26 —Se los cobran a los que han conquistado—contestó Pedro.

—Muy bien—dijo Jesús—, entonces, ¡los ciudadanos quedan exentos! 27 Sin embargo, no queremos que se ofendan, así que desciende al lago y echa el anzuelo. Abre la boca del primer pez que saques y allí encontrarás una gran moneda de plata. Tómala y paga mi impuesto y el tuyo.

 

https://youtu.be/OSp17ad3BuU?si=tn-PJQR2RVmHRhnm

 

Estimado lector:

 

Este pasaje se sitúa después de la transfiguración (Mateo 17:1-13) y de la sanidad del niño endemoniado (Mateo 17:14-21), dos momentos de profunda revelación espiritual y manifestación de autoridad divina. Posteriormente, en Capernaúm, surge una demanda de carácter terrenal: el impuesto del templo —equivalente a dos dracmas— exigido a todos los varones judíos para el mantenimiento del santuario.

Jesús enseña que, como Hijo del Rey, está exento de dicha obligación; sin embargo, para no provocar tropiezo ni afectar la conciencia de otros, decide pagarlo. El milagro del pez que contiene la moneda revela no solo la provisión sobrenatural de Dios, sino también la humildad y sensibilidad del Maestro hacia las personas y sus convicciones. Este acto se convierte así en una lección práctica que anticipa las enseñanzas posteriores de Mateo 18, donde se abordarán la humildad, el cuidado por no hacer tropezar y la responsabilidad dentro de la comunidad de creyentes.

El pasaje muestra que la libertad en Cristo no es licencia para la indiferencia, sino oportunidad para ejercer amor, consideración y obediencia. En la medida en que se camina en humildad y compasión, se experimenta la provisión divina, incluso de formas inesperadas.

¿Hasta dónde puede llevar la provisión de Dios cuando se actúa con humildad y obediencia? Este relato invita a reflexionar y a buscar diariamente en la Escritura la respuesta viva de Aquel que provee más allá de lo imaginable.

 

 

4 pasos que te ayudarán a tener un tiempo con Dios.


Invite en oración a la presencia de Dios y pídale que su verdad le sean reveladas.

  1. Lea despacio
  2. Lea en voz alta
  3. Mientras esté leyendo pregúntele a Dios:

¿Señor qué me quieres decir hoy?
Permita que el Espíritu Santo le revele


Dios podría estar hablándole de Él

  1. ¿Quién es Él?
  2. ¿Cuáles son sus características?
  3. ¿Qué hará?

Dios podrá estar hablándole a usted. Reflexione en lo siguiente:

  • P ¿Será un PECADO que debo confesar?
  • A ¿Será una ACTITUD que debo adoptar?
  • M ¿Será un MANDAMIENTO que debo obedecer?
  • P ¿Será una PROMESA que debo reclamar?
  • E ¿Será un EJEMPLO que debo seguir o evitar?

Ahora que ha permitido que Dios le hablara, hable con Él en oración.

  1. Pida PERDÓN: Confiese su pecado, arrepiéntase y reciba el perdón de Dios
  2. De GRACIAS: Agradezca a Dios por sus muchas bendiciones y promesas
  3. Por FAVOR: Ore por sus necesidades y las de otros; salvación, sanidad, protección
  4. Finalice diciendo TE AMO. Termine este tiempo en adoración y alabanza

Ahora que ha permitido que Dios le hablara, hable con Él en oración.

  1. ¿Qué le habló Dios?
  2. ¿Cómo esto cambiará sus perspectivas?
  3. ¿Cómo aplicará esto en su vida diaria?

Juan 14:15 “Si me amáis, guardad mis mandamientos”

Santiago 1:22 “Mas sed hacedores de la palabra, y no tan solamente oidores, engañándoos á vosotros mismos”

DEVOCIONALES