Octubre 04 de 2025
¡NO TENGAN MIEDO! ¡YO ESTOY AQUÍ!
MATEO 14:22-27
Jesús camina sobre el agua
22 Inmediatamente después, Jesús
insistió en que los discípulos regresaran a la barca y cruzaran al otro lado
del lago mientras él enviaba a la gente a casa.
23 Después de despedir a la gente,
subió a las colinas para orar a solas. Mientras estaba allí solo, cayó la
noche.
24 Mientras tanto, los discípulos se
encontraban en problemas lejos de tierra firme, ya que se había levantado un
fuerte viento y luchaban contra grandes olas.
25 A eso de las tres de la madrugada, Jesús
se acercó a ellos caminando sobre el agua.
26 Cuando los discípulos lo vieron
caminar sobre el agua, quedaron aterrados. Llenos de miedo, clamaron: «¡Es un
fantasma!».
27 Pero Jesús les habló de inmediato:
—No tengan miedo—dijo—. ¡Tengan ánimo! ¡Yo estoy aquí!
https://youtu.be/l1aomkCNNzY?si=qSXc5ihffyB91h7l
Estimado lector:
Jesús consideró necesario que Él y sus discípulos
abandonaran rápidamente aquella región. Probablemente, buscaba evitar que las
multitudes lo vieran únicamente como una fuente constante de alimento. Por esta
razón, obligó a los discípulos a subir a la barca y partir antes que Él.
Su prioridad era preservar el tiempo de comunión con el
Padre. En medio de un ministerio intenso y lleno de demandas, Jesús no
descuidaba la oración; esa relación íntima era indispensable para sostener cada
acción pública. Mientras tanto, los discípulos enfrentaban la tormenta en el
mar, agotados de remar contra las olas y el viento, entre las tres y seis de la
mañana, según relata Marcos 6:47-52.
En ese contexto, Jesús se acercó caminando sobre el mar, un
hecho que debió causar asombro y temor. Ellos, turbados, gritaron llenos de
miedo. Sin embargo, Jesús no vino para inquietarlos, sino para consolarlos. Por
eso, de inmediato pronunció palabras de ánimo: “Tened ánimo; yo soy; no
temáis”.
Este episodio enseña dos motivos para desechar el temor. En
ocasiones, el peligro no es tan grande como se percibe y la mente tiende a
exagerarlo. En otros casos, aunque la dificultad sea real, existe una ayuda
mayor que supera cualquier circunstancia: la presencia de Jesucristo.
¿Qué transformaría en la vida diaria la certeza de que
Jesús sigue acercándose en medio de la tormenta con poder y consuelo? Este
relato invita a buscar en la oración y en la Palabra la seguridad que disipa el
miedo y fortalece la fe.
Invite en oración a la presencia de Dios y pídale que su verdad le sean reveladas.
¿Señor qué me quieres decir hoy?
Permita que el Espíritu Santo le revele
Dios podría estar hablándole de Él
Dios podrá estar hablándole a usted. Reflexione en lo siguiente:
Ahora que ha permitido que Dios le hablara, hable con Él en oración.
Ahora que ha permitido que Dios le hablara, hable con Él en oración.
Juan 14:15 “Si me amáis, guardad mis mandamientos”
Santiago 1:22 “Mas sed hacedores de la palabra, y no tan solamente oidores, engañándoos á vosotros mismos”