Recibe lo que Dios tiene para ti, más avanza siempre hacia la conquista diaria.

Mayo 11 de 2022

La iglesia no cierra. Ahora más unidos, más cerca.

Recibe lo que Dios tiene para ti, más avanza siempre hacia la conquista diaria.

 

Josué 13:24-32

24 Dio asimismo Moisés a la tribu de Gad, a los hijos de Gad, conforme a sus familias. 25 El territorio de ellos fue Jazer, y todas las ciudades de Galaad, y la mitad de la tierra de los hijos de Amón hasta Aroer, que está enfrente de Rabá. 26 Y desde Hesbón hasta Ramat-mizpa, y Betonim; y desde Mahanaim hasta el límite de Debir; 27 y en el valle, Bet-aram, Bet-nimra, Sucot y Zafón, resto del reino de Sehón rey de Hesbón; el Jordán y su límite hasta el extremo del mar de Cineret al otro lado del Jordán, al oriente. 28 Esta es la heredad de los hijos de Gad por sus familias, estas ciudades con sus aldeas.

29 También dio Moisés heredad a la media tribu de Manasés; y fue para la media tribu de los hijos de Manasés, conforme a sus familias. 30 El territorio de ellos fue desde Mahanaim, todo Basán, todo el reino de Og rey de Basán, y todas las aldeas de Jair que están en Basán, sesenta poblaciones, 31 y la mitad de Galaad, y Astarot y Edrei, ciudades del reino de Og en Basán, para los hijos de Maquir hijo de Manasés, para la mitad de los hijos de Maquir conforme a sus familias.

32 Esto es lo que Moisés repartió en heredad en los llanos de Moab, al otro lado del Jordán de Jericó, al oriente.

 

 

Josué 13:24-32

24 Moisés había asignado la siguiente porción a los clanes de la tribu de Gad:

25 Ese territorio incluía Jazer, todas las ciudades de Galaad y la mitad de la tierra de Amón tan lejos como la ciudad de Aroer, justo al occidente de Rabá. 26 Se extendía desde Hesbón hasta Ramat-mizpa y Betonim, y desde Mahanaim hasta Lo-debar. 27 En el valle, se encontraban las ciudades de Bet-aram, Bet-nimra, Sucot, Zafón y el resto del reino de Sehón, rey de Hesbón. La frontera occidental se extendía a lo largo del río Jordán, su extremo norte llegaba hasta la punta del mar de Galilea y luego giraba hacia el oriente. 28 A los clanes de la tribu de Gad se les dieron las ciudades y las aldeas vecinas de ese territorio para que fueran su hogar.

29 Moisés había asignado la siguiente porción a los clanes de la media tribu de Manasés:

30 Ese territorio se extendía desde Mahanaim y abarcaba todo Basán, todo el antiguo reino del rey Og y las sesenta ciudades de Jair, en Basán. 31 También incluía la mitad de Galaad y Astarot y Edrei, ciudades de la realeza que pertenecían al rey Og. Todo eso se les entregó a los clanes de los descendientes de Maquir, hijo de Manasés.

32 Esa fue la asignación de tierras que Moisés había hecho mientras estaba en las llanuras de Moab, al otro lado del río Jordán, al oriente de Jericó.

 

 

 

 

Estimado lector

La comisión de Josué no solamente incluyó la conquista de la tierra, sino también su repartición. Él continuó el trabajo ordenado por Dios de entregar los límites de la tierra que quedaban sin conquistar. Sin embargo, ya era un hombre anciano. No podría guiar a los hijos de Israel por mucho más tiempo.

 

Josué era el líder que Dios usó para tomar posesión de la tierra, pero ahora debía asegurarse que las promesas de Moisés a las tribus fueran confirmadas. Él asignó no sólo aquellos territorios de Canaán que ya habían sido conquistados, sino también aquellos que todavía debían ser conquistados. ¡Aún había tierra por conquistar! Lo triste es que aun a pesar de eso, el pueblo de Israel se quedó conforme con solo una parte de la bendición.

 

Cuando Dios entrega algo es necesario tomar posesión de ello y además glorificarlo con “ese algo”.

 

 

Estar tranquilos, ser pasivos, y quedarnos en la zona de confort no siempre es lo que Dios quiere de sus hijos. Cuando Él otorgue su recompensa, esa no será de acuerdo con la gran cantidad de trabajo hecho, ni según la prominencia, ni popularidad, sino porque sus hijos han seguido con fidelidad, ceñidos al propósito de conquista que Él tiene para la humanidad.

 

Como el apóstol Pablo decía, debemos proseguir a la meta para ganar el premio que Dios llama a recibir por medio de Cristo Jesús.

 

 

4 pasos que te ayudarán a tener un tiempo con Dios.


Invite en oración a la presencia de Dios y pídale que su verdad le sean reveladas.

  1. Lea despacio
  2. Lea en voz alta
  3. Mientras esté leyendo pregúntele a Dios:

¿Señor qué me quieres decir hoy?
Permita que el Espíritu Santo le revele


Dios podría estar hablándole de Él

  1. ¿Quién es Él?
  2. ¿Cuáles son sus características?
  3. ¿Qué hará?

Dios podrá estar hablándole a usted. Reflexione en lo siguiente:

  • P ¿Será un PECADO que debo confesar?
  • A ¿Será una ACTITUD que debo adoptar?
  • M ¿Será un MANDAMIENTO que debo obedecer?
  • P ¿Será una PROMESA que debo reclamar?
  • E ¿Será un EJEMPLO que debo seguir o evitar?

Ahora que ha permitido que Dios le hablara, hable con Él en oración.

  1. Pida PERDÓN: Confiese su pecado, arrepiéntase y reciba el perdón de Dios
  2. De GRACIAS: Agradezca a Dios por sus muchas bendiciones y promesas
  3. Por FAVOR: Ore por sus necesidades y las de otros; salvación, sanidad, protección
  4. Finalice diciendo TE AMO. Termine este tiempo en adoración y alabanza

Ahora que ha permitido que Dios le hablara, hable con Él en oración.

  1. ¿Qué le habló Dios?
  2. ¿Cómo esto cambiará sus perspectivas?
  3. ¿Cómo aplicará esto en su vida diaria?

Juan 14:15 “Si me amáis, guardad mis mandamientos”

Santiago 1:22 “Mas sed hacedores de la palabra, y no tan solamente oidores, engañándoos á vosotros mismos”

DEVOCIONALES